Empezar – Ingrediente 1. La creación del grupo

por Sophy Banks

“No dudemos jamás de la capacidad de tan solo un grupo de ciudadanos perseverantes y comprometidos para cambiar el mundo. De hecho, nunca ha sido de otra manera.” Margaret Mead

¿Cuál es la mejor forma de crear un grupo y poner las bases del trabajo conjunto?

Uno de los errores más comunes al crear un grupo de Transición es pensar que el compromiso con aquello que motivó a los miembros a unirse al principio hará que el trabajo en equipo sea una tarea sencilla. La realidad es que cada uno tiene sus propias ideas, basadas tanto en opiniones y experiencias pasadas como en cualidades y aptitudes, de cómo deben hacerse las cosas. Este ingrediente no pretende establecer la forma ‘correcta’ en la que los grupos deberían estructurarse, sino que cada grupo debe encontrar la mejor manera de trabajar; sí ofrece, sin embargo, algunas estrategias y sugerencias útiles.

Por tanto ¿Cómo podemos conseguir el mayor número posible de cosas positivas, es decir, todo aquello que nos hace querer participar en un proyecto como Transición, y minimizar, al mismo tiempo, los aspectos negativos, las dificultades, en definitiva, lo que hace que algo divertido se convierta en algo tedioso? Invertir tiempo y energía en un momento inicial como éste puede llegar a ahorrarnos una enorme cantidad de tiempo y energía después, aunque este trabajo pueda ocupar gran parte de las primeras reuniones, e incluso aparecer a menudo en el orden del día durante los primeros seis meses o el primer año. Sin duda es una inversión que merece la pena hacer.

Lo primero que conviene determinar es cuál va a ser el propósito del grupo, lo que suele incluir una declaración de intenciones y algunas líneas explicativas de cómo se va a trabajar en función de este propósito. Lograr un acuerdo sobre estos puntos básicos es fundamental y aclarará muchos de los aspectos que vendrán después, como por ejemplo: quién podrá unirse al grupo, de qué forma se trabajará en equipo, a qué se dedicará el tiempo, cuáles serán las prioridades, etc. Algunos grupos releen incluso su declaración de intenciones en cada reunión para recordarse continuamente a sí mismos cuál es el propósito con el que se comprometieron en un principio.

Aquí se recogen algunas de las actividades que suelen incluir los grupos en su declaración de intenciones. Quizás sea una buena idea pensar cuáles de ellas son más relevantes para su grupo en los primeros momentos.

  • Acabar las tareas
  • Mejorar el trabajo conjunto del grupo
  • Reforzar la confianza y conocer mejor a los miembros del grupo
  • Ofrecer y recibir apoyo
  • Aprender y compartir recursos y habilidades

También es necesario llegar a un acuerdo mínimo de reglas de trabajo en grupo con el fin de evitar malentendidos. Conviene ponerlo por escrito y llevarlo a las reuniones para tenerlo presente. Muchos grupos renuevan este acuerdo y añaden nuevas reglas a medida que surge la necesidad de ello. Algunos acuerdos incluyen:

  • Dónde y cuándo se celebran las reuniones.
  • Cómo se llevan a cabo las reuniones (orden del día, moderador/facilitador, control del tiempo, etc. ver “celebrar reuniones eficientes”.
  • Cómo se toman decisiones (por consenso, por mayoría, por consentimiento) y cómo se lleva un registro de lo decidido.
  • Cómo es el comportamiento entre miembros del grupo (escucha respetuosa, puntualidad, apoyo al propósito común, disposición a aceptar críticas sobre el propio comportamiento, valoración de las contribuciones ajenas, celebración de lo conseguido, mantenimiento de la confidencialidad en caso necesario, etc.).
  • Qué cosas tendrán cabida en las reuniones (planificar, hacer, revisar tareas, aprender, socializar, expresar sentimientos, realizar tareas de visión, revisar y enmendar acuerdos, dar opiniones).

Entre los acuerdos que pueden desarrollarse posteriormente en el grupo pueden aparecer cuestiones como:

  • ¿Es el grupo abierto o cerrado? ¿Cómo y cuándo pueden otras personas unirse, y cómo y cuándo otros abandonan el grupo? Hay que tener en cuenta que si siguen sumándose nuevos miembros, la fase inicial de formación se prolongará bastante tiempo. Esto no es un problema si el propósito es acoger nuevos miembros dentro de Transición, pero puede ser un obstáculo para llevar a cabo las tareas, o para alcanzar niveles significativos de confianza y apoyo mutuos.
  • Cómo abordar los desacuerdos.
  • Cómo y cuándo revisar y cambiar los acuerdos del grupo.

Finalmente, cabe considerar qué habilidades no están cubiertas en el grupo, es decir a quién más se necesita; y también qué voces no están presentes y deberían estarlo.

Crear desde el comienzo estructuras claras y procesos que ayuden al grupo en su trabajo conjunto para que sea gratificante y efectivo; y sobre todo es necesario darse tiempo para conocerse como personas.