Avanzar – Ingrediente 11. Resiliencia personal

Con la colaboración de Sophy Banks

Las personas inmersas en Transición cuidan profundamente del mundo que les rodea, de sus hijos, de sus comunidades y del futuro de la vida en este planeta, pero con demasiada frecuencia a ello más tiempo, energía y capacidades de lo que resulta sostenible.

Al dedicarse a Transición, ¿Cuál es la mejor manera de mantener el equilibrio entre lo que damos y lo que recibimos,  proteger el espacio y el tiempo de descanso, y encontrar las fuentes de nutrición que repongan nuestras reservas?  Junto con la resiliencia social y comunitaria, cuanto más resilientes seamos en lo personal, más capaces seremos de abordar y responder a los desafíos de nuestro tiempo.  Si con resiliencia nos referimos a ‘capacidad de recuperación’, entonces alguien con un cuerpo, mente y corazón resilientes, será capaz de experimentar los sentimientos que surjan en respuesta a los retos y situaciones estresantes, y ‘recuperarse’, volviendo al estado natural de bienestar.

Cuanto menos resilientes seamos, más nos veremos desbordados por los desafíos y más nos encontraremos a nosotros mismos luchando con la extenuación física, la pérdida del sueño, el aislamiento y la incapacidad de afrontar las relaciones, el estrés psíquico y la falta de sentido, como poco.  A medida que disminuye nuestra resiliencia, el camino de vuelta a un funcionamiento saludable nos lleva más tiempo, y en casos de consumición extrema, una persona puede requerir meses e incluso años para recobrarse plenamente.

Entre los factores sencillos que se sabe que incrementan los niveles de resiliencia a nivel personal, podemos citar los siguientes:

  • Tener cubiertas las necesidades básicas; estar cubierto a nivel financiero.
  • Seguir una dieta saludable y hacer ejercicio de forma regular dedicando tiempo a estar en la naturaleza.
  • Sentirnos reconocidos y apreciados por lo que ofrecemos.
  • Sentirnos conectados –a una pareja, familia, amigos, colegas y a la comunidad, y saber que la gente nos cuidará y tratará con respeto.
  • Sentirnos capaces de realizar el cambio y sentir que suponemos una diferencia.

Todo ello puede resultar familiar para quienes se implican en la Transición.  El propio proceso de Transición ayuda en muchos puntos –trabajar juntos para conseguir resultados positivos y prácticos, hacer amigos y crear un sentimiento de comunidad local; todo ello facilita la resiliencia personal de sus miembros. Y, sin embargo, muchas de las personas involucradas se sentirán, o conocerán a personas que se ha sentido agobiadas, estresadas o exhaustas en parte a causa de su implicación.

Dos características claves de cualquier sistema resiliente, tal como se describen en el Manual de Transición, son los bucles de retroalimentación y la interdependencia, esto es, que ‘el sistema’ esté abierto a la retroalimentación y sea consciente y reciba esta retroalimentación cuanto antes, mejor.  Si lo aplicamos a nosotros mismos, hay algunas señales que indican que estamos yendo más allá de nuestra capacidad de afrontamiento.  Aunque distintos para cada persona, algunos signos bastante comunes son los siguientes:

  • Sentirse cansado
  • Perder el sueño
  • Ser incapaz de desconectar
  • Sentirse sobrepasado por las nuevas demandas de responder a retos
  • Sentirse irritado o cortante con la gente cercana
  • Sentirse deprimido, desesperanzado, o abrumado por la tristeza de forma desproporcionada a los acontecimientos
  • Sentirse aislado o apartado de amigos o compañeros
  • Sentirse culpable o resentido, por estar haciendo demasiado o demasiado poco.

En nuestra cultura, es corriente pasar por alto estos avisos, y a menudo podemos ser alabados por nuestro heroísmo al seguir adelante a pesar de ello.  En esto seguimos el patrón cultural generalizado: ignorar los signos del cambio climático, la degradación ambiental y el agotamiento de los recursos y acelerar la respuesta en vez de ralentizar y cambiar lo que hacemos.

Las cosas que reponen, nutren y reestablecen nuestra energía, serán específicas para cada cual.  El tiempo dedicado a descubrir lo que realmente le funciona a uno es un tiempo bien invertido.   La lista podría incluir actividades de diversión, o hacer cosas, o estar con gente que no tienen nada que ver con Transición. El tiempo dedicado a estar en la naturaleza, escuchar música o crear, o desactivar el flujo constante de emails o desconectar de las actividades ´mentales´,  da un descanso al cerebro izquierdo racional y nutre los sentimientos de conexión y flujo.  El ejercicio físico ayuda al cerebro así como al resto del cuerpo. Para algunos, el tiempo por sí sólo es lo más regenerador.

Es realmente importante que las personas más activas en Transición se dediquen de forma visible a su propio bienestar, poniendo límites al trabajo y tomándose tiempo para cuidar de sí mismos. Hablar sobre cómo evitar quemarse no vale para nada, si trabaja a tope sin darse a sí mismo un descanso, y los más activos en un proyecto ejercen una influencia capital en establecer lo que se valora culturalmente.

Cada uno somos responsables de nuestro propio bienestar.  Hay que mantener el equilibrio entre actividad y descanso, ser consciente de los primeros signos de agotamiento y no rehuir el ir en busca de ayuda cuanto antes.

También puede ser útil consultar

La Creación del Grupo (Empezar 1)
Comunicación Respetuosa (Empezar 2)
Arte y Creatividad (Empezar 8)
Crear un Espacio para la Transición Interior (Empezar 14)
Celebraciones (Avanzar 5)
Apoyo Mútuo (Herramientas 9)

 

“Mi vela arde por los dos extremos.  No durará toda la noche; pero, ah, enemigos, y oh, amigos, –da una luz preciosa”.

Edna St. Vicent Millay

 

Entrenamiento en resiliencia personal

Jo Jardi, un facilitador que trabaja con grupos de Transición, sostiene que los principios básicos de la resiliencia personal son que aprendemos mejor mediante una combinación de recibir información que nos ayude a entender en profundidad los retos y soluciones, reflexionar personal y grupalmente, oír y escuchar la experiencia de cada cual y compartir con otros nuestras propias historias y experiencias. Sugiere que los talleres creados para aumentar la resiliencia personal incluyan lo siguiente, en su totalidad o en parte:

  • Una tormenta de ideas grupal sobre cómo sentimos la resiliencia personal cuando hay un buen nivel de la misma, y  cómo la sentimos cuando disminuye.
  • Una charla sobre el concepto de recursos y una puesta en común y exploración de los ‘recursos’ que poseemos y que podemos utilizar.
  • Explorar lo que funciona y lo que no funciona en nuestras relaciones de trabajo, i.e., donde nos peleamos por cuestiones de límites poco claros y aprender a identificar áreas de dificultad antes de que vayan a más.
  • Entender la fisiología del estrés y lo que ocurre cuando el estrés desborda nuestra capacidad de abastecernos a nosotros mismos.59
  • Las técnicas básicas de Reducción Consciente del Estrés* y cómo pueden contribuir de manera significativa la resiliencia personal cuando estamos luchando.

Aprendemos por repetición, por lo que, para que tales talleres sean más efectivos, deben ser seguidos de una práctica continuada y grupos de apoyo, y/o que las personas obtengan el apoyo que necesitan para seguir desarrollando sus recursos.

*La Reducción Consciente del Estrés está encontrando amplia aplicación en organizaciones como el National Health Service, escuelas y empresas como medio de reducir el estrés, aumentar la salud y el bienestar e incluso dominar el dolor crónico.  Desarrollada por Jon Kabat-Zinn, la idea es aumentar la conciencia de lo que está ocurriendo en nuestra mente, cuerpo y corazón a fin de adquirir naturalmente una idea de lo que pasa. A medida que prestamos más atención a la retroalimentación que recibimos de nuestro cuerpo, corazón y mente, respondemos más fácilmente atendiendo a lo que se necesita –descanso, ejercicio, comida, compañía, cambiar de escenario o de ritmo, o lo que se precise.  El acto repetido de observar nuestra conducta en situaciones de estrés incrementa también nuestra capacidad de elegir nuestra respuesta y no quedarnos atrapados en las reacciones habituales de estrés, algunas de las cuales pueden ser viejos patrones aprendidos hace mucho tiempo y que ya no son útiles o relevantes.  www.mbrc.co.uk.