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Es hora de hablar de “Nosotros”: el estado actual del Movimiento de Transición

Hace unos meses el co-fundador del Movimiento de Transición y Transition Network, Naresh Giangrande, hacía balance sobre el estado de este gran experimento en el que nos hallamos todas inmersas, unos de los más grandes de nuestro tiempo. Y elaboraba una reflexión sumamente interesante sobre sus logros y sus fracasos, sobre sus luces y sus sombras… Siempre con la vista puesta en el futuro.

Unos meses después podemos ofreceros esa importante reflexión en castellano. Esto es posible gracias a las personas que dedican su tiempo y energía a ayudarnos con las traducciones de una manera totalmente generosa y desinteresada. Gracias de corazón a todas ellas.

Y esperamos que os resulte tan valiosa como nos ha resultado a nosotras. Os dejamos ya, sin más preámbulos, con las palabras y pensamientos de Naresh Giangrande.

Es hora de hablar de “Nosotros”, por Naresh Giangrande

Este artículo fue publicado originalmente en https://transitionnetwork.org/ por Sarah McAdam el22 de octubre de 2018. Gracias a nuestro colaborador Mathieu Ichard por su generosa traducción.

“La escala y el ritmo de la destrucción causada por la economía mundial se está acelerando a pesar de los esfuerzos de los movimientos de base para crear cambios y nuevas direcciones. En este momento, no veo ningún escenario realista para alterar nuestra aterradora incapacidad de propiciar un cambio significativo… ¡es hora de que tengamos uno!

La Transición propone que, al crear mejores formas de vivir hoy, podemos -a través de ese proceso- crear un mañana mejor. Millones de organizaciones e iniciativas de base de todo el mundo están creando el mundo que quieren, en sus lugares, de diversas maneras. La Transición es parte de un ecosistema de cambio. Y, aunque este ecosistema de cambio ha transformado indudablemente muchos lugares para mejor, muchas décadas de intenso e impresionante trabajo de base (más de doce años de transición) no han alterado la trayectoria de la Sociedad de Crecimiento Industrial hacia una cultura regenerativa.

En este artículo me pregunto por qué ha sido así, si fue realista pensar que lo hubiera podido hacer, y qué podría tener que pasar para crear un cambio en la escala necesaria.

El proceso y la práctica de la Transición pueden resumirse en las tres preguntas de Sophy Bank que se hacen las personas comprometidas con la Transición:

  • Si miramos sin miedo a los problemas a los que nos enfrentamos… ¿qué es lo que vemos?
  • ¿Qué es lo mejor que puede pasar en mi barrio/pueblo/ciudad? ¿A qué se parecería eso?
  • ¿Qué cosas concretas y prácticas podemos hacer ahora mismo para hacer realidad esa visión?

El modelo y el proceso de Transición están fundamentalmente diseñados para conseguir:

  • Involucrar a las personas de una manera inspiradora usando cada una de nuestras habilidades creativas.
  • Permitir que un gran número de personas ejerciten su capacidad de actuar de una manera que marque la diferencia.
  • Funcionar a una escala en la que podemos marcar la diferencia, es decir, a una escala local.
  • Poder empezar a crear el mundo que queremos ahora mismo.
  • Reavivar el bienestar de la comunidad.
  • Manifestar, de manera tangible, nuestro amor por el mundo.

A pesar de que el cambio a nivel local ha creado las piezas prácticas de una cultura regenerativa (lo que se ha llegado a llamar semillas de un Buen Antropoceno) no hemos logrado cambiar de una manera significativa el panorama general. Nosotros, el gran Nosotros, estamos fallando. Y veo a los movimientos de base como una parte de nuestro proceso colectivo de movimiento hacia una cultura regenerativa. No podemos hacerlo solos. Necesitamos más Nosotros.

¿Qué está fallando?

A todas luces hemos fallado en:

  • Reducir emisiones de carbono.
  • Crear un sistema económico que respete los límites de la Tierra.
  • Crear una sociedad que genere igualdad económica y justicia social.
  • Aumentar la biodiversidad.
  • Reducir la contaminación.

Estimaciones de cómo las diferentes variables de control para siete límites planetarios han cambiado desde 1950 hasta hoy. Las zonas en verde representan el espacio operativo seguro. Fuente: Steffen et al. 2015. Cortesía del Centro de Resiliencia de Estocolmo.

Después de más de diez años de trabajar en el corazón del movimiento de la Transición, siento que necesitamos preguntarnos por qué y  qué podemos hacer para tener más impacto.

No estoy quitando mérito o faltando el respeto a los tremendos esfuerzos y los logros extraordinarios de los grupos de Transición (y otras iniciativas de base) alrededor del mundo. Todo lo conseguido es realmente impresionante e inspirador.

Nuestra falta de impacto no es por falta de esfuerzo, imaginación o creatividad. Los transicionistas encarnamos esas cualidades a lo grande.

Escribo esto como una reflexión y una investigación. Espero que al cuestionar nuestras suposiciones y creencias, podamos encontrar los próximos pasos a seguir para crear un cambio hacia una cultura regenerativa.

Tengo la corazonada de que todavía estamos en las primeras etapas de co-crear un movimiento que puede realmente interrumpir nuestros caminos insostenibles actuales y crear un cambio sistémico.

En los primeros días de la Transición a menudo hablábamos de cómo conocíamos, quizás, el A-B-C del movimiento. Doce años después, ¿hemos ido más allá de la D o la E? Creo que se necesitan muchos más pasos y procesos, alianzas e iniciativas – impensables en la actualidad -para permitir los siguientes pasos de un movimiento efectivo hacia una cultura regenerativa.

Los movimientos de base para el cambio por sí solos no van a ser suficientes para conseguir la disrupción del sistema y los cambios sístémicos necesarios para crear el cambio que queremos. Pero, ¿podría ser efectiva alguna nueva forma de cooperación entre ciudadanos, gobiernos y empresas? Si es así, ¿cómo podría ocurrir?

En este artículo intento analizar los problemas a los que se enfrenta el movimiento de Transición (y la mayoría de las iniciativas de base) y de los cuales , hasta el momento, hay poca discusión. Espero que la reflexión sobre nuestros problemas nos permita ser más claros y estar más centrados en las formas de crear las condiciones para una hacer emerger una auténtica cultura regenerativa.

Taller de Transición COP15 , en Copenhague. Foto de Sophy Banks.

Los problemas a los que nos enfrentamos los movimientos de base para el Cambio

Desde mi experiencia trabajando con grupos de Transición alrededor del mundo, he visto estos problemas presentes en casi todos los grupos de Transición. Me llevan a preguntarme si estamos trabajando de la manera correcta, si estamos haciendo las preguntas correctas, o si estamos trabajando de una manera que, en última instancia, producirá un cambio. O si la estructura del sistema de crecimiento industrial impide de alguna manera un cambio sistémico fundamental.

Aquí están expuestos algunos de los principales escollos a los que nos enfrentamos que he podido percibir:

1) Los movimientos de base carecen de recursos

El tiempo y el dinero son lo más importante. Dependemos de los voluntarios, y en muchas partes del mundo estos son voluntarios mayores, porque a menudo tienen el tiempo debido al aligeramiento de la responsabilidad de seguir una carrera, criar una familia y ganar dinero. Los jóvenes, a los que más necesitamos, suelen ser los que tienen poco tiempo y dinero. He perdido la noción del número de jóvenes que me han preguntado cómo participar y aún así ganar suficiente dinero para pagar el alquiler.

La mayoría de los grupos de Transición luchan por financiar estructuras básicas como sitios web, una oficina, un espacio de reunión, apoyo administrativo. Se puede hacer eso sin mucho sin dinero, pero sin recursos significativos la mayoría de los grupos de transición tienen un límite en su efectividad. Las personas clave se agotan debido a la escala y el trabajo necesario para construir estructuras alternativas como las cooperativas, recaudar un capital de inversión significativo o simplemente mantener una organización transparente y democrática. Para conseguir la magnitud del cambio que que transformará el sistema actual, necesitamos organizaciones, poder e influencia, y eso requiere dinero en el paradigma actual.

Las estructuras de capacitación son importantes. Centros de transición como Transición EE.UU o Transición Brasil ayudan a conectar y apoyar a los grupos de transición que operan en determinados territorios. Sin embargo, los Centros de Transición, con raras excepciones, no pueden encontrar financiación. Y  Transition Network, la organización internacional, también está subfinanciada. No existen vías claras para lograr una financiación adecuada. La finaciación de los gobiernos es escasa y en la mayoría de los lugares no está disponible, lo que deja como fuente de ingresos principales las donaciones  o la creación de un brazo comercial. Y ninguna de las dos fuentes proporcionará la financiación necesaria para catalizar y apoyar un cambio suficientemente escalable.

Los principalesl fundamentos teóricos del cambio de base, la Gestión Estratégica de Nicho (SNM) y la Gestión de Transiciones, proponen que el cambio a menudo surge a través de experimentos a pequeña escala que después pueden desarrollarse y adaptarse en “nichos protegidos” y luego, a medida que el sistema dominante comienza a colapsar, pueden sembrar e informar sobre alternativas. Esta es una descripción perfecta de una tecnología de cambio social como la Transición.

Sin embargo, por muchas razones, el cambio social es una de las dimensiones humanas más difícilmente influenciables Las limitaciones, inercias y los supuestos culturales, sociales y económicos suelen impedir que se produzcan cambios en esta esfera. Y dado que el cambio que necesitamos es técnico, social, político, cultural y psicológico, se convierte en un trabajo muy duro.

Los catalizadores del cambio de base están creando el suelo del que surgirá la futura supervivencia de nuestra cultura, especie e incluso de la vida en la tierra. Líderes empresariales, políticos y grandes organizaciones filantrópicas que conocen el problema en el que nos encontramos y la magnitud del cambio que se necesita deberían manifestarse. Deberían proporcionarnos las habilidades, el apoyo, la financiación y los conocimientos necesarios para explorar y ampliar de forma rápida y fiable formas alternativas viables de vivir y trabajar.

Y no lo están haciendo. ¿Por qué no? La mayor parte de la filantropía está dirigida a mejorar los peores efectos de los sistemas actuales, en lugar de cambiar el sistema. Trabajamos en condiciones en las que estamos muy obstaculizados y en las que carecemos de lo que necesitamos para tener éxito. Después de más de diez años, mi pregunta para los que hacen el cambio es: ¿Por qué soportamos esta falta de apoyo y reconocimiento? Y la pregunta que tengo para la sociedad y las empresas (que son los que tienen los recursos), es: ¿Por qué son tan pocos los que están dispuestos a, o son capaces de, hacer que esos recursos estén disponibles?

2) Cambio de sistema… ¿quién lo quiere?

Las estructuras reguladoras, políticas y de poder son capturadas por las élites y las multinacionales que actúan para mantener y ampliar su poder, sus ganancias y sus privilegios. ¿Por qué no lo harían? Este es el juego y, desde mi punto de vista, parece que no tienen otra opción que jugarlo. Esto deja muy poco espacio para el cambio sistémico necesario, el cambio que necesitamos en todos los niveles (personal, local, nacional e internacional) y en las esferas social, política, económica y ecológica.

La Transición y otras iniciativas de base se encuentran fuera de la ventana de Overton, que es de donde vendrá el cambio que necesitamos. Pero hay costes, así como libertades, cuando se opera en los márgenes o fuera del sistema. Se mucha libertad para desafiar lo incuestionable y decir lo indescriptible. Pero uno de los mayores costes es que es muy difícil ser escuchado. Así que el trato es que, si estás operando fuera de la ventana de Overton, tienes que hacerlo sin los recursos adecuados y usando, tan sólo, tu sentido común, ingenio, creatividad y pasión.

Puedes moverte rápido y fallar rápidamente. El éxito, si se logra, será una rudimentaria prueba de conceptos, un experimento. La ampliación, popularización y asimilación masiva y todos los cambios culturales que las acompañan necesitan más que unas pruebas conceptuales. Necesita recursos y organizaciones.

Un ejemplo:  el cambio necesario en nuestros sistemas económicos y de negocios, -incluso negocios considerando innovadores- no nos llevará a donde tenemos que ir. El cambio sistémico del sistema económico está fuera del alcance de cualquier empresa o incluso de cualquier sector empresarial. Para sobrevivir en los negocios hay que seguir las reglas fundamentales y fundamentales de los negocios.

Sin duda, el cambio técnico es parte integrante del sistema económico, pero sólo dentro de un estrecho margen de posibilidades y  siempre que favorezcan al mercado. Desafortunadamente, muchos líderes empresariales progresistas ven que las soluciones que necesitamos emergen de las empresas, lo cual no es realista. El sistema económico capitalista no puede apoyar ni apoyará el tipo de cambio sistémico que necesitamos. Para el capitalismo, la salud de las personas, los ecosistemas o la vida no es, no ha sido, y nunca será, la prioridad. Sólo los beneficios lo son. No puede de otra manera, es algo intrínseco al sistema. Pero las empresas y las corporaciones tienen todos los recursos y el cambio no es posible sin esos recursos. ¿Dónde están las asociaciones entre las empresas, el gobierno y las organizaciones de cambio radical de base? ¿Dónde están los negocios radicales que desafían el modelo capitalista?

Los empresarios suelen ser muy pragmáticos. Entonces, ¿dónde y cómo puede surgir el cambio de una escala suficiente en nuestro sistema macroeconómico? ¿Podemos encontrar algunos ejemplos? ¡No! El motivo es que el beneficio no nos llevará a donde tenemos que ir. ¿Qué lo hará?

Ya es hora de que las empresas establezcan divisiones bien financiadas para explorar un cambio de paradigma que no esté impulsado por el mercado, que no esté dirigido por el Estado y que no sea socialista. Y que diseñe caminos para llegar allí. Te necesitamos y tú nos necesitas. Las innovaciones a pequeña escala (creadas por las bases) no escalarán ni superarán al sistema económico existente, y es difícil ver cómo surgirán y desafiarán al sistema macroeconómico. Lo que me lleva al siguiente punto.

3) Todavía no existe una alternativa completa, probada y comprobada al sistema económico capitalista, un sistema económico dependiente del crecimiento.

¿Por qué no?

Hay muchas maneras de comprar alimentos, energía u otras cosas. La innovación en la economía local es abundante. Sin embargo, no hay alternativa al capitalismo de mercado. Con esto me refiero a la gran cosa que se encuentra encima de los procesos económicos. El paradigma que exige un crecimiento constante. Ningún país, desde el fin del comunismo, ha probado un sistema económico global diferente. Hay propuestas e ideas. Sin embargo, hay algunas dificultades muy grandes:

  • Los que están en el poder no se rendirán fácilmente. Se necesitará una campaña política mundial sostenida para conseguirlo.
  • Se trata de un sistema enorme e incluso si se introdujera algún tipo de mecanismo de reducción gradual del consumo, habría que hacerlo a una escala que resultaría muy difícil de aplicar si no colapsara el sistema existente. Y la complejidad de eso está más allá de mi capacidad de pensamiento (piense , por ejemplo, en un caso como el Brexit).
  • Es difícil vender obteniendo menos, sin obtener más de algo. Este más de algo podría ser conciencia, comunidad, conexión, sabiduría o amor. No estoy seguro de que la humanidad esté lista para el cambio de conciencia que algunos defienden. ¿Se imagina a la mayoría de la gente optando por un conjunto de aspiraciones menos tangibles?
  • Puede que no haya una salida al proyecto de civilización del crecimiento continuo. Puede que nos hayamos creado una trampa de la que no podamos escapar.

4) No hemos resaltado tanto la importancia del cambio Interno como la del cambio externo

He aprendido en mi tiempo en el movimiento de Transición, que una de nuestras contribuciones más únicas e importantes al proceso de cambio es la alineación del cambio interno y externo. Puede parecer evidente, pero el sistema somos nosotros. Está en nosotros y a menos que esas partes internas que mantienen el sistema actual en su lugar sean desafiadas activa y sistemáticamente en nosotros, funcionarán igual con el nuevo sistema, creando las mismas malas elecciones y haciendo que cualquier cambio sea irrelevante. Y ese “nuevo” sistema será tan opresivo e incapaz de enfrentar las realidades actuales como lo era el viejo sistema. Lo que lo hace pernicioso es que no parece así al principio. Pensamos que hemos podido salir del patriarcado o de las jerarquías, cuando en realidad no lo hemos hecho. Las semillas de nuestra naturaleza venial están ahí y crecerán y madurarán a menos que cambiemos activamente.

Sophy Banks me dijo una mañana que vio que uno de los trabajos de los líderes de este movimiento de cambio sistémico era cortar repetidamente la cabeza de nuestro ego, día tras día. Al hacerlo, soportamos y modulamos la vergüenza y la humillación de exponer nuestras sombras. Este es uno de los significados del cambio interno.

Uno de los retos persistentes a los que nos enfrentamos es el agotamiento y la desesperación de los voluntarios, resultado de sentimientos no procesados y/ sanados. Mientras el planeta se quema, los activistas y los que trabajan fuera del sistema también se están quemando. No podemos mantener nuestros niveles de actividad. Dentro del sistema las cosas no son mucho mejores, dentro del Reino Unido (60 millones de habitantes) se emitieron 57 millones de recetas para medicamentos psicológicos en 2014 y aumentan cada año.

El cambio exterior debe ir acompañado de un cambio interior. Este simple hecho no se reconoce lo suficiente en la Transición u otros movimientos de cambio. Sin un cambio interno, cualquier cambio positivo es cooptado por el viejo sistema en formas que corrompen cambios que de otro modo serían positivos y utiliza esos cambios para promover los objetivos del viejo régimen. Algunos ejemplos que me vienen a la mente son el crecimiento verde, el movimiento de felicidad y bienestar que utilizan las corporaciones para sacar más provecho de sus empleados, y la energía renovable que se utiliza para promover un mayor crecimiento en el sistema. Tal vez la conexión entre estos ejemplos y el cambio interno no parezca obvia. Nuestra falta de integridad personal y nuestra incapacidad de auto-reflexión y por lo tanto de examinarnos a nosotros mismos se encuentran en el centro de estas traiciones.

5) No operamos a una escala que pueda crear la escala de cambio necesaria

En 2014 Peter Haff introdujo el término “tecnosfera” para describir el aparato técnico del que dependemos totalmente para sobrevivir. Este aparato es una maravilla de la cooperación humana sin rival en la experiencia de la humanidad. Es, en muchos sentidos, el mayor logro de nuestra sociedad industrial. Este sistema mundial está a muchos niveles por encima de nosotros, alejado de nuestras vidas, que a menudo son locales y que son donde tenemos la capacidad  para generar cambios. Incluso los actores poderosos del sistema se encuentran limitados. Esto se debe a que nadie está al mando. No hay supervisión democrática. Este sistema es básicamente auto-organizados, lo que en sí mismo es un milagro de cooperación. Todos dependemos total y completamente de este sistema y hasta ahora no hemos sido capaces de crear alternativas. Ni siquiera estamos en relación real con él, excepto como consumidores pasivos. De ahí la dificultad de cambiarlo. Y sin relación no hay posibilidad real de cambio.

Algunos de los componentes de este sistema al que me refiero son:

  • El sistema global de logística y transporte.
  • El sistema de fabricación industrial, interconectado e interdependiente.
  • El sistema de telecomunicaciones e información.
  • Las redes eléctricas.
  • El sistema financiero.
  • El sistema de minería y extracción de recursos.
  • Los medios de comunicación de masas.
  • Los delicuentes, incluidos los terroristas y los paraísos fiscales en el extranjero, y su contrapartida, la justicia penal y los organismos internacionales encargados de hacer cumplir la ley.

Curiosamente, hemos conseguido hackear los sistemas alimentarios y la energía en menor medida. Y algunos edificios, fibras, ropa, literatura y artes a menudo están más abiertos al cambio. Aunque la mayoría de ellos también suelen estar dominados por grandes actores globales. Por ejemplo, 2 ó 3 empresas dominan el sistema mundial de productos alimenticios, aunque la mayor parte de la población mundial no se alimenta de los productos agrícolas, sino de pequeñas explotaciones agrícolas locales.

Les Compagnons de la terre, en Lieja.

La tecnosfera se ha vuelto más poderosa que los gobiernos y se considera demasiado grande para fracasar. Y como es auto-organizada no podemos localizar, interrogar o pedir cuentas a sus líderes, porque no existen. La farsa de las últimas “filtraciones de datos” que afectaron a Facebook, y la farsa de funcionarios del gobierno de Estados Unidos “cuestionando” a Mark Zuckerberg es un ejemplo de este “baile del poder”.

Una vez que el tamaño, la escala y la hegemonía de los sistemas que conforman la tecnosfera salen a la luz, prácticamente toda la política y la economía pueden verse como interacciones y tensiones entre los diferentes subsistemas, que buscan más poder e influencia.

La mayor parte de lo que se informa en las noticias principales son las tensiones y las luchas de poder entre estos subsistemas. Por eso, en mi opinión, los esfuerzos de las bases son invisibles. Estamos fuera de estas luchas de poder y se nos considera irrelevantes, o a lo sumo, “pintorescos” o subversivos. Me temo que estamos atrapados en múltiples abrazos de oso de tecnosfera que hacen de la relocalización un gesto vacío. A menos que, por supuesto, el fallo de sistemas complejos provoque el colapso.

En un escenario de colapso, las alternativas locales saldrán a la luz y actuarán como botes salvavidas en medio de las rupturas y el caos que se producirían. Algunas voces autorizadas argumentan ahora que el colapso a corto plazo -en un plazo de diez años- de nuestras sociedades (en los países ricos  o “desarrollados”) es ahora inevitable.

6) Nuestra historia aún no está clara

Transition Network ha hecho un gran trabajo definiendo la narrativa de la Transición:

La Transición es….

Un movimiento de comunidades que se unen para volver a imaginar y reconstruir nuestro mundo.

El flujo de la historia.

Se está construyendo un movimiento.

Aquí están las cosas que todas las diferentes personas están haciendo en sus comunidades.

Tiene sus raíces en el cuidado de nosotros mismos, de los demás y del mundo viviente.

Esto muestra que un futuro diferente es posible cuando nos reunimos.

(Opcional: Por eso es necesario)

He aquí cómo puedes ser parte de ella.

Fue un gran comienzo. Incluso hice imprimir algunas camisetas con estas palabras.

La Transición es una gran historia nos inspira y conmueve. Comienza con un propósito y luego con la forma con la que se logrará ese propósito. Es simple, directa, fácil de entender, y habla de los fundamentos de la vida: amor, paz, igualdad, conexión y fraternidad.

He tenido grandes esperanzas en una buena y poderosa historia que muchos grupos de base podrían utilizar e incluso otros agentes y centros de poder podrían comprar. Todos los que protegen la vida en lugar de los que protegen las culturas patriarcales basadas en el imperio tienen que ser capaces de contar esa historia e inspirarse en ella.

De lo contrario, la vieja historia, la que nos trajo hasta aquí, prevalecerá. Es así de simple. Sin embargo, se necesitará un poco de trabajo y pruebas para que esto suceda. El trabajo de NEON’s Framing the Economy” es un buen comienzo, junto con el trabajo del New Citizenship Project George Lakoff y Jon Alexander .

Contar una historia llena de esperanza y optimismo, como la que ha hecho el movimiento de Transición, puede ayudar a crear el impulso para el cambio del tamaño necesario. Una nueva historia, probada y reexaminada, puede ser una palanca importante para la concentración de un movimiento escalable para el cambio.

Conclusión

Estamos fracasando en crear el cambio necesario para mantener la vida en la tierra tal como la conocemos:

  • Las organizaciones de base individuales por sí solas son demasiado pequeñas, e incluso un movimiento de abajo hacia arriba reunido y totalmente coordinado para el cambio (que todavía no existe) es probablemente demasiado débil y fuera de relación con la tecnosfera y las grandes estructuras económicas para lograr el cambio sistémico.
  • Es difícil ver cómo vendrá el cambio desde dentro de la tecnosfera.
  • Cualquier esperanza realista de cambio hacia una cultura de apoyo a la vida surgirá de una sinergia desalentadoramente difícil y ahora mismo inconcebible entre los cambios externos (físicos, tangibles) e internos (psicológicos y psíquicos). De un mosaico de alineaciones entre elementos culturales hasta ahora a menudo no relacionados o antagónicos: empresas, gobierno, sociedad civil, academia, grupos religiosos, movimientos de desarrollo espiritual y personal, y otros.
  • Aunque hay experimentos interesantes de modelos de trabajo y creación de sinergias, todavía no estamos ni siquiera cerca de saber cómo podría ser:
    • El proyecto Atmos aquí en Totnes es una colaboración intrigante entre las empresas, la sociedad civil y el gobierno local.
    • Ungersheim, en Francia, es una asociación creativa entre el gobierno local y Transición para crear un cambio sistémico.
    • La plataforma Ctrl Shift, en la que he estado trabajando, ha reunido a organizaciones de base que nunca antes habían hablado.
    • Ecolise, Smart CSOs y el Pacto de los Alcaldes son ejemplos europeos de tejido de redes de redes, al igual que BALLE y Smart Cities.
    • El proyecto Municipios en Transición es otra de estas redes de municipios que están trabajando con organizaciones de base para crear nuevas formas de compromiso político y económico.Sin embargo, todos ellos aún no están lo suficientemente desarrollados como para desafiar realmente el paradigma dominante.
  • Creamos la tecnosfera. Nuestras historias culturales, nuestros valores y creencias son construcciones humanas. Así como han sido creados, pueden ser recreados, de manera diferente. Como dije al principio, actualmente no estamos logrando generar el cambio de la escala necesaria. Creo que tenemos el poder para hacerlo. No sé dónde y cómo surgirá ese poder. Pero tal vez un ‘Nosotros’ más grande lo pueda lograr.

El proyecto Atmos, en Totnes. Foto: David Pearson.

Este artículo es, en partes iguales, una expresión de mis temores por el futuro, un grito de ayuda, una confesión pública de mis sentimientos personales de fracaso, y un intercambio de mi aprendizaje e ideas de años en el movimiento de Transición.

Es también una llamada a una forma de vida tentadoramente cercana pero aún escurridiza que es pacífica, justa, armoniosa, y que otorga a todos los seres su pleno potencial para la vida.

Este artículo hace muchas preguntas y da pocas respuestas, por lo que pido disculpas. Ojalá tuviera más respuestas, más esperanza, más optimismo. En cambio, todo lo que puedo ofrecer son más preguntas, una evaluación sin ambages de los movimientos para un cambio positivo, temores para el futuro y grandes dosis de incertidumbre.

Sigo soñando que un día antes de morir puedo decir con certeza a mis nietos:

“Tenéis todas las posibilidades de vivir una vida plena de paz, salud y felicidad”.

Naresh Giangrande, Verano 2018.