¡Estamos actualizando el mapa de iniciativas y proyectos afines! Para que la red de Transición del Estado español sea visible y resulte más fácil conectar con vosotras a quienes tengan interés en saber más y colaborar.
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Sigue leyendoYa están disponibles los resultados de la encuesta sobre el impacto, relevancia y potencial del movimiento de Transición. Conoce qué dijeron las 377 participantes de 32 países. Sigue leyendo
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Os ofrecemos un pequeño compendio de artículos y recursos sobre la pandemia de Coronavirus que sufrimos. Lo hacemos para que podáis estar bien informados/as sobre esta gran crisis sanitaria que nos está tocando vivir y cultivar vuestra resiliencia:
Si conocéis artículos, recursos o iniciativas que creáis que puedan ser interesantes para aumentar la resiliencia de todas hacédnoslos llegar, por favor, a conecta@reddetransicion.org. Iremos ampliando con ellos el contenido de este artículo ¡Muchas gracias y ánimos!
Durante el 2018 y 2019, Red de Transición realizó un estudio para mapear las iniciativas del movimiento de Transición, sus proyectos y necesidades. Lisa Cassanet, estudiante francesa, estuvo a cargo del estudio y el informe.
En 2013 se realizó un primer mapeo de las iniciativas aparecidas en España desde 2008, a través de una investigación impulsada a partir del II Encuentro Anual de Transición en Mijas (Málaga). Desde 2014, la situación ha cambiado bastante. Las iniciativas de transición se encuentran en un proceso dinámico permanente de transformación. Por esta razón se decidió mapear las iniciativas del movimiento de Transición una vez más, no solo para tener un listado actualizado, sino también para cultivar la relación con esos grupos y conocer mejor el estado actual del movimiento.
El estudio analiza diferentes aspectos del movimiento de transición:
Nuestro compañero Salvador Garrido Soler, de Red de Transición nos ofrece una reseña del libro Manual de lucha contra el cambio climático. Un libro escrito por João Camargo y Samuel Martín-Sosa y editado este 2019 por Libros en acción.
Cada época tiene sus manifiestos y este podría ser uno de ellos. La irresistible sensación de urgencia, que convierte en inaplazable cualquier evento o circunstancia de nuestra existencia, cobra todo su sentido al tratar con la realidad medioambiental.
Sin embargo, existen varias formas de abordar esta cuestión. El libro, que se denomina a sí mismo como Manual de lucha contra el cambio climático, responde a uno de ellos. Un enfoque que, no obstante, amenaza con quedar obsoleto. Veámoslo.
João Camargo, coautor de “Manual de lucha contra el cambio climático”.
Tal situación se produce cuando emergen nuevos movimientos como Justicia Climática, Extinction Rebellion o Fridays for Future. Estos movimientos abogan por una declaración de “emergencia climática” o incluso denuncian una inminente “catástrofe climática”. Así pues, luchar contra el cambio climático podría resultar insuficiente o simplemente ser el reflejo de una etapa ya superada.
Que el cambio climático es una amenaza para el bienestar o incluso la supervivencia de la especie humana, es un discurso bien conocido. Autores tan sospechosos de radicalismo como Miguel Delibes ya denunciaban en los años setenta del siglo pasado el coste del voraz consumo energético en las opulentas sociedades de consumo occidentales.
Y el movimiento ecologista (tanto social como político) lo convirtieron en una de sus banderas hasta el momento presente, en que puede haberse convertido en su principal razón de ser.
Esto es lo que ocurre con este libro, que en su edición española cuenta con el responsable del área internacional de Ecologistas en Acción como coautor y es publicado por la editorial oficial de la organización ecologista.
Samuel Martín-Sosa, coautor de “Manual de lucha contra el cambio climático”.
Se trata de una apreciación importante, como se explicará al final de esta reseña.
La primera idea que surge tras su lectura es que el título no acierta a expresar plenamente su contenido. En realidad, por su estructura o por su estilo narrativo responde más a un manual de sensibilización o concienciación urgente sobre el cambio climático.
Así se desprende de su estructura, que puede dividirse en tres partes diferenciadas. La primera de ellas comprende los dos primeros capítulos, en los que se habla del clima y del calentamiento global.
Desde el primer momento, se sucede un aluvión de datos e imágenes, que sin embargo se exponen con un lenguaje asequible y muy visual. Ayuda en este sentido el impactante diseño gráfico desarrollado por ambos autores.
Su estilo no profesional encaja a la perfección con el aroma naïf de los antiguos fanzines o boletines de asociaciones y otros colectivos (en mi caso, no pude evitar añorar los desenfadados pero cuidados cuadernillos de los primeros números de El Cárabo).
Además, la cuidada maquetación y la publicación sobre un perfecto papel 100% reciclado y ecológico desmienten cualquier intención diletante. Y menos con un dibujante como Miguel Brieva dentro del consejo de redacción de la editorial.
Así pues, el lenguaje visual desplegado, a través de ilustraciones sencillas y aparentemente no profesionales, sirven para reforzar la autenticidad del contenido. Esto se hace todavía más evidente en la segunda parte del libro, que abarca desde el capítulo tercero hasta el octavo.
Se trata de un auténtico estado de la cuestión sobre el cambio climático y sus consecuencias. Qué está ocurriendo aquí y en el resto del mundo, quiénes son los responsables de esta situación o sus negacionistas, son temas que se abordan de manera clara e impresionante.
Precisamente, uno de los grandes atractivos del libro es su capítulo tercero, en el que se explica la situación actual del Estado español y se presentan las proyecciones para cada comunidad autónoma a finales del siglo XXI.
Se suceden mapas con datos sobre el aumento estimado de temperatura y la disminución del porcentaje de lluvias, junto con ilustraciones e corte apocalíptico en la que se confrontan los paisajes desérticos con los de costas inundadas.
Es una estrategia muy efectiva que supera con creces los datos presentados en el capítulo siguiente, en el que se realiza una prospección a nivel mundial.
Quien desee sensibilizar rápidamente a cualquier persona escéptica sobre el cambio climático, no necesita más que acercarla a su realidad más cercana, con cifras e imágenes impactantes sobre el futuro que aguarda a su región.
Escenarios tan sobrecogedores hacen que inevitablemente surja la pregunta acerca de si estamos ante el fin del mundo.
El capítulo quinto responde a tan desasosegante pregunta. La respuesta a una pregunta inteligente es otra pregunta, afirmaba en sus celebrados aforismos el desaparecido Jorge Wagensberg. Al interpelarnos con un contundente “¿es más fácil imaginar el fin del mundo que el final del actual sistema económico?”(p. 182) nos encontramos con una clave ineludible que recorre todo el manual.
No se trata solamente de una crisis climática, sino una crisis sistémica en la que la economía (o al menos la degradación de la misma como arte de ganar dinero) actúa como catalizador.
Enfrentarse a los dilemas que tan crudamente se han relatado en los capítulos anteriores es objeto de la tercera parte del libro. Se presentan las alternativas disponibles y que constituyen la lucha contra el cambio climático propiamente dicha.
Sin embargo, resulta chocante en su planteamiento. En apenas treinta páginas y tres capítulos se resuelve un variado listado de opciones disponibles para personas y colectivos que quieran luchar contra el cambio climático.
Dos, si se descuenta el apocalíptico epílogo final con referencia cinematográfica incluida a una famosa trilogía tecnofuturista (que no se mencionará aquí para evitar destripar el final de su lectura, a pesar de que la cita no resulte especialmente afortunada).
Más que la brevedad de esta última parte, su contenido justifica la objeción inicial de que nos encontremos ante un verdadero manual de lucha. Sobre todo, por la necesidad de hacer una seria advertencia respecto a sus páginas finales.
Cuando se habla de activismo climático, no podemos obviar que se trata de una modalidad de activismo social. Y, como todos los movimientos sociales, es preciso que cualquier persona que se acerca a ellos pueda conocer sus aspiraciones y objetivos, sus herramientas y sus propuestas prácticas, pero también su alcance, sus límites y por supuesto sus consecuencias.
Promover alternativas de consumo crítico a través de nuevos modelos energéticos, agroecológicos o comunitarios resulta encomiable, y cualquier apoyo resulta bienvenido.
Es en este apartado donde precisamente se incluye a los municipios en transición como una de las vías para “tejer lazos colectivos” (p. 257).
Son definidas aquí como “ensayos de sociedad post-fosilista que fomentan la resiliencia comunitaria a través de la agroecología y el desarrollo de renovables con un concepto mucho más horizontal de la gobernanza y la participación que ponen nuevamente en el centro la cuestión del poder” (p. 257).
Se trata de la definición muy acertada que resume a la perfección, sin más debates y etiquetas, qué son las comunidades y municipios en transición. Algo que desde Red de Transición España debe ser reconocido y celebrado.
Ahora bien, un activismo que promueve no solamente el consumo crítico sino que promueve la desobediencia civil, no puede limitarse a motivar a las personas y colectivos para ““interrumpir” pacíficamente el sistema” (las primeras comillas son de los autores) o “escalar la intensidad de las acciones a favor de la justicia climática” (p. 258).
Una persona joven que se acerque al activismo climático como vía de expresión de su indignación creciente ante la realidad socioeconómica y ambiental (pues tal es el previsible público objetivo del libro) precisa de muchas más herramientas y estrategias.
O, por lo menos más, desarrolladas para hablar apropiadamente de un manual de lucha.
Sin una pedagogía de la participación previa o sin una mínima experiencia en el activismo social, podría verse ante la obligación de asumir unas responsabilidades para las que puede no estar preparada.
En efecto, una de las lecciones que activistas de todo el mundo han aprendido (por las malas) es la dificultad para llevar a la práctica unos postulados teóricos justos, necesarios y urgentes.
Y, sobre todo, la necesidad de una preparación adecuada para asimilar que el activismo es un modo de vida que va mucho más allá de la participación puntual o regular con unas actividades reivindicativas.
En un país donde rige la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, (conocida popularmente como “Ley Mordaza”) y que muy recientemente ha calificado penalmente conductas masivas de protesta derivadas de una crisis territorial y constitucional en su región más próspera, también puede ser razonable conocer las repercusiones que pueden provocar determinados actos, por muy justificados que parezcan.
Experiencias históricas de activismo, como el movimiento antimilitarista de desobediencia civil al servicio militar, incluían habitualmente en sus textos y manuales de lucha apartados dedicados a temas legales.
De esta forma, proporcionaban recursos adecuados para conocer los derechos y obligaciones vinculados a ejercicio activo de su militancia. Incluidas penas de prisión o privación de derechos civiles.
Por eso, al tratarse de un manual escrito, publicado y promocionado por una organización ecologista, sería recomendable que este aspecto fuera cubierto. Y lo fuera por cualquiera de los grupos locales a los que los autores recomiendan acudir para sumarse a la lucha contra el cambio climático (p. 271).
De esta manera, se evitarían indeseables consecuencias entre quienes no conocen (por inexperiencia o por audacia) algunos de los efectos menos conocidos del activismo social.
Hecha esta importante salvedad, sólo nos resta reiterar que nos encontramos ante un buen material de sensibilización. Un material idóneo para explicar en qué consiste el cambio climático y por qué es necesario actuar urgentemente. Su lenguaje asequible, llamativo visualmente y efectivo, contribuye a ello.
Auguramos que contribuirá a una renovación del activismo ecologista, con el adecuado acompañamiento de personas y grupos más experimentados. Y a través de los proyectos energéticos, agroecológicos, de transporte, de vivienda y desarrollo comunitarios enumerados en su tercera parte.
En definitiva, este libro servirá para canalizar una enorme energía. La energía que proporcionan a los movimientos sociales las nuevas generaciones. Nuevas generaciones que pueden gestionar las nuevas narrativas y los nuevos argumentos que precisa el activismo climático. Y ello sin caer en las nuevas formas de frustración y desasosiego que preconizan algunas voces (aunque sea bajo la denominación de ecoangustia).
Y es que si algo representa la juventud, es la esperanza de un mejor futuro.
Catalizadores Comunitarios para el Desarrollo Regenerativo, Community Catalysts for Regenerative Development, es un proyecto europeo que busca investigar y potenciar la capacidad de las comunidades rurales para enfrentarse, así, a los retos sistémicos del cambio climático y la regeneración territorial.
Después un año de trabajo, el equipo internacional se reunió en Hungría este Septiembre para evaluar la investigación y seguir con los próximos pasos. Ana Huertas de Red de Transición ha participado en el proyecto. Y nos trae el informe en castellano (resumido) de esta primera fase. Podéis leerlo aquí.
El objetivo principal de Catalizadores Comunitarios para el Desarrollo Regenerativo es crear una formación pionera destinada a personas que quieran ser catalizadoras comunitarias de resiliencia en sus regiones rurales. Para ello, utiliza herramientas y actividades de investigación acción participativa, participación ciudadana y la co-creación de políticas públicas.
El Catalizadores Comunitarios para el Desarrollo Regenerativo se impulsa por la necesidad social y global de potenciar la participación ciudadana y contribuir, de esta manera, a la regeneración ecológica.
La experiencia muestra que se puede responder efectivamente a esta necesidad a través de la práctica del desarrollo regenerativo. Para ello, por lo tanto, se requiere la participación de líderes juveniles, líderes comunitarios y técnicas del sector privado y el sector público.
La Resiliencia Comunitaria implica recuperar y cultivar el conocimiento local. ¿De qué manera? Pues animando a las organizaciones, instituciones y comunidades a participar.
Red de Transición participa en este proyecto junto a: Gaia Education (Reino Unido), Profilantrop (Hungría), Palma Nana (Italia), Projeto Novas Descobertas (Portugal) y Resilience.Earth (La Garrotxa, España).
Podéis encontrar más información en su página web: http://catalysts.community/
La investigación se realizó entre abril y julio de 2019 mediante metodologías de investigación-acción participativas, tanto para recolectar como analizar los resultados. Se realizaron así un total de 46 entrevistas en profundidad. También hubo dos encuentros participativos comunitarios en las 4 regiones rurales periféricas de Europa:
El informe presentado resume el marco teórico, el proceso metodológico, y los resultados y conclusiones iniciales del proceso de investigación. Estos resultados y conclusiones se revisarán y utilizarán, por consiguiente, durante las siguientes fases del proyecto.
Marco teórico WeLand, utilizado durante el proceso de la investigación
Se trata de una investigación-acción participativa utilizando como base los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y varias metodologías de facilitación de grupos.
Vista del Danubio durante un ejercicio grupal
El equipo pasó una semana en Hungría, entre Verocë y Budapest, para trabajar en los resultados de la investigación. También, para empezar a diseñar lo que se convertirá en la formación del proyecto y los materiales para impartirla.
Ana Huertas de RedT presenta a la organización junto a Gaia Education
El equipo trabajará a partir de ahora en el desarrollo de la formación para catalizadores comunitarios y pronto, por lo tanto, compartiremos más noticias sobre las posibilidades de participación en el proyecto.
Desde Red de Transición hemos impulsado, por tercer año consecutivo, el Día Europeo de las Comunidades Sostenibles, EDSC 2019. El EDSC, European Day of Sustainable Communities, #EDSC19, #SustainableCommunity ha sido organizado por ECOLISE. ECOLISE es la red europea de iniciativas comunitarias de la cual RedT forma parte.
Este año, hubo una casual sinergia con el primer Movimiento Global por el Clima (las huelgas mundiales del 21 y 27 de septiembre, #climatestrike).
Numerosos colectivos respondieron a nuestra convocatoria. El evento ha tenido más participación que nunca, con ¡más de 500 eventos organizados en 27 países europeos bajo el paraguas del EDSC.
El EDSC es un homenaje a la acción local y colectiva a favor de una mayor sostenibilidad y resiliencia social y ambiental.
Nuestra tarea como impulsores de esta iniciativa en España, al igual que nuestros homólogos en otros varios países europeos, ha tenido una doble vertiente:
En España, 35 colectivos se sumaron a esta celebración con diversos eventos ¡a cada cual más interesante!
Varias ecoaldeas, comunidades sostenibles por definición, abrieron sus puertas para mostrar que otra manera de vivir es posible: Valdepiélagos (Madrid), Arterra Bizimodu (Navarra), Los Portales (Sevilla) y Sunseed (Almería).
La Red Ibérica de Ecoaldeas, RIE, organizó un webinar sobre despoblación rural y sobre cómo las ecoaldeas, desde su enfoque y experiencia, pueden aportar soluciones a este problema global.
El desarrollo rural y la agroecología tuvieron especial relevancia en el EDSC 2019. Numerosas asociaciones de Permacultura participaron con talleres y encuentros: Huerta-jardín del Boticario, Permacultura Aralar, Convergencia Biorregional del Nordeste, Convergencia Sureste, etc.
Además, asociaciones como Impulso a la Jara (Toledo), Senderos de Teja (Aragón), Red de Semillas Aragón, o Cooperativa Vidalia (Barcelona) contribuyeron a través de:
Además, también tuvo lugar, en Murcia, el primer campo de restauración de ecosistemas (Ecosystem Restoration Camp).
Instituciones asentadas como la Casa Encendida o la Fundación las Naves se unieron a la iniciativa realizando cursos. Y organizando un “hackathon del clima”, centrado en el desarrollo participativo de proyectos de innovación social y urbana.
El Ayuntamiento de Olmedo de las Fuentes organizó un día de reflexión y celebración de todos los logros ambientales que se han conseguido, colectivamente y hasta el momento, en el municipio.
La participación ciudadana también ha sido fundamental en el EDSC 2019. Mucha gente se ha animado a organizar eventos tan sencillos y transformadores como:
Varios grupos de Transición también se pusieron en marcha: Transició Villanova i la Geltrú, Zarzalejo en Transición y Transición Valencia. Este último grupo organizó, junto con la Asociación Rodamons, unas jornadas de la sostenibilidad en el pueblo de Jérica (Castellón). Paseos en bici y recogida de residuos en el Pantano del Regajo, formaron parte, entre otras, de las actividades.
El tema energético también tuvo su lugar. La Plataforma per un nou Model energètic y la Oficina de la Energía, dependiente del Ayuntamiento de Valencia, organizaron talleres sobre cómo reducir la factura de electricidad doméstica, entre otros.
Finalmente, organizaciones con fines sociales también se sumaron al día: Kibutz Cooperativa Galega, Bienvenidos Refugiados Alcalá de Henares… Y tuvimos la suerte de contar con actividades tan originales como:
Queremos dar las gracias a los programas de radio Ecogestiona, de Intereconomía, y Vida Verde, de Radio Nacional de España. Nos facilitaron sendos valiosos espacios para poder difundir el EDSC 2019 y charlar sobre comunidad y sostenibilidad.
Podcasts:
Además, medios locales se hicieron eco de algunos de los eventos realizados. Eventos tales como la jornada de Impulso a la Jara en Toledo, o el fin de semana de sostenibilidad en Jérica.
Al igual que otros años, el EDSC 2019 también ocupó su lugar en las instituciones europeas de Bruselas. El 21 de Septiembre se celebró una mesa redonda en el Parlamento Europeo que reunió a eurodiputados y a representantes de iniciativas comunitarias de ECOLISE.
Juan del Río, de Red de Transición, acudió en persona y atendió a un taller on-line. En el taller se debatió acerca de la importancia de la implicación de los colectivos ciudadanos en la urgente agenda de la sostenibilidad.
En definitiva, el EDSC 2019 ha visibilizado un escenario de numerosos y muy diversos agentes del cambio en Europa. Iniciativas y personas que están trabajando por dibujar una nueva hoja de ruta frente a los retos sociales y ambientales.
Esperamos que esta iniciativa haya servido para conectarnos más entre todos y seguir creando redes. Esperamos también, poder seguir celebrando esta iniciativa con cada vez más participación a nivel Europeo y más allá. ¡Y con este deseo os emplazamos a la edición del año que viene!
Rachel Greer de Estados Unidos realiza en 2017 el único estudio cuantitativo de evaluación hasta el momento que explora cómo las iniciativas de transición contribuyen a la reducción de emisiones de CO2, en colaboración con Red de Transición. Rachel nos cuenta cómo fue su experiencia y los resultados del estudio. Sigue leyendo
Red de Transición está lanzando un proyecto de actualización del mapa de iniciativas locales de transición a nivel del Estado español. El propósito es que este nuevo mapeo permita, tanto facilitar la conexión entre estas iniciativas y aumentar su visibilidad, como apoyarlas a identificar sus dificultades y necesidades internas. Sigue leyendo
El proyecto internacional Municipios en Transición ha arrancado con la primera fase de su propósito de conocer y dar visibilidad a aquellas experiencias de cambio entre la sociedad civil y la administración pública, ¡y necesita tu apoyo para el mapeo! Sigue leyendo
HACIA UNA EVALUACION DE RESILIENCIA COMUNITARIA: EXPLORANDO SUELOS FÉRTILES EN EL CONTEXTO ESPAÑOL
TOWARD A COMMUNITY RESILIENCE ASSESSMENT: EXPLORING FERTILE SOILS IN THE SPANISH CONTEXT
A continuación compartimos un artículo de Marta Petteni, arquitecta e investigadora con la que Red de Transición, junto a Lorenzo Chelleri, ha trabajado en el último año para la elaboración de una herramienta para la evaluación de resiliencia comunitaria. Para Red de Transición crear puentes entre activismo e investigación, y trabajar en aspectos relevantes para potenciar los procesos de cambio es un punto clave y aquí tenemos un buen ejemplo en un ámbito como es la evaluación de resiliencia comunitaria, en la que apenas hay trabajos realizados. Marta nos avanza con este artículo como fue el proceso, su experiencia y algunas de las conclusiones. Gracias Marta y Lorenzo. Sin más os dejamos con ella. Sigue leyendo
El equipo de la Red de Transición ha dedicado el mes de septiembre a visitar a los municipios integrantes de la fase piloto del proyecto Municipios en Transición. Tres localidades seleccionadas por su trabajo y compromiso con la sostenibilidad y el cambio social que apuestan por la Transición. Así comenzamos el curso conociendo a los Municipios en Transición de nuestro incipiente proyecto. Sigue leyendo